Arleth Bernal IPS

Emociones

Impacto de las emociones en la salud cardiovascular

Impacto negativo de las emociones en la salud cardiovascular

Las emociones son parte integral de la experiencia humana y nos permiten comunicar cómo percibimos y respondemos a nuestro entorno. El impacto de las emociones en la salud cardiovascular es significativo, ya que, aunque son esenciales para la supervivencia, cuando no se gestionan adecuadamente, las emociones intensas pueden tener consecuencias negativas en la salud física, especialmente en el corazón. Este post explora cómo las emociones afectan el corazón y qué podemos hacer para mitigarlas.

¿Cómo afectan las emociones al corazón?

Las emociones juegan un papel crucial en la preparación del cuerpo para responder a diversas situaciones. Por ejemplo, cuando experimentamos miedo o estrés, el cuerpo activa una respuesta de “lucha o huida”, lo cual incrementa la liberación de adrenalina y cortisol, hormonas que elevan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Esto no solo prepara al cuerpo para enfrentar un peligro inmediato, sino que también conlleva un esfuerzo físico significativo.

En el caso de la ira, una emoción común y a menudo intensa, los cambios fisiológicos son más notorios. La frecuencia cardíaca se acelera, la presión arterial aumenta y los vasos sanguíneos se contraen, lo que limita el flujo de sangre y oxígeno a los órganos vitales. Cuando la ira se experimenta con frecuencia, el cuerpo permanece en un estado elevado de alerta, lo que puede deteriorar la función cardiovascular con el tiempo. Esta emoción ha sido identificada como una de las emociones más dañinas para el sistema cardiovascular debido a su tendencia a desencadenar respuestas físicas extremas y su capacidad para mantenerlas durante largos periodos.

¿Qué tan perjudicial es el Impacto de las emociones en la salud cardiovascular?

El impacto de las emociones en la salud cardiovascular ha sido ampliamente estudiado por la comunidad científica. Diversos estudios han demostrado que las emociones intensas, especialmente cuando no se gestionan adecuadamente, pueden contribuir a un aumento en la rigidez arterial, lo que afecta la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse correctamente. Este efecto, si se mantiene durante un periodo prolongado, puede predisponer al desarrollo de enfermedades cardíacas, como la hipertensión y, en casos extremos, un ataque cardíaco (APA, 2010).

Recientes investigaciones han demostrado que la tristeza, la ansiedad y, sobre todo la ira, están estrechamente relacionadas con un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, como ataques cardíacos y derrames cerebrales.

Según un estudio de la Asociación Americana del Corazón (2024), tanto la ira como el estrés afectan negativamente a las células endoteliales, que son las encargadas de reparar el recubrimiento de los vasos sanguíneos después de experimentar emociones fuertes. Cuando estas células se deterioran, se interfiere con su capacidad de mantener los vasos sanguíneos flexibles y saludables, lo que puede conducir a la arteriosclerosis o al endurecimiento de las arterias.

Impacto de las emociones en la salud cardiovascular
I

El estrés y la ansiedad también juegan un papel importante en la salud cardiovascular. El estrés crónico puede contribuir a la inflamación de los vasos sanguíneos y aumentar los niveles de cortisol, lo que a su vez puede dañar el corazón y otros órganos vitales. Cuando el estrés se presenta junto a la ira, los efectos sobre el corazón se multiplican, aumentando considerablemente el riesgo de padecer problemas cardíacos graves.

Este estudio destaca que las emociones fuertes, cuando se producen repetidamente, pueden ser tan perjudiciales como otros factores de riesgo cardiovascular conocidos, como una dieta alta en grasas o el sedentarismo.

La importancia de la expresión emocional

Es importante aclarar que el objetivo de estos estudios no es invalidar emociones como la ira, la tristeza o la ansiedad. Todas las emociones, incluso las más intensas, cumplen una función necesaria en nuestra vida diaria. La clave está en la regulación emocional y en encontrar formas saludables de expresar y manejar estas emociones para minimizar sus efectos negativos.

El reconocimiento y la regulación de las emociones son habilidades esenciales para mantener un equilibrio emocional y físico. Por ejemplo, identificar las situaciones que desencadenan la ira o el estrés puede ayudarnos a entender nuestras respuestas emocionales y encontrar formas alternativas de afrontarlas. Esto no significa reprimir o ignorar las emociones, sino más bien gestionarlas de manera que no perjudiquen nuestra salud.

La expresión emocional adecuada implica ser consciente de nuestras emociones y darles un espacio para ser procesadas. Esto puede lograrse a través de diversas técnicas como la respiración profunda, la meditación, la actividad física y el diálogo con personas de confianza. Estas prácticas no solo ayudan a calmar la mente, sino que también tienen beneficios directos sobre la salud cardiovascular al reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Conclusión

Las emociones son un componente esencial de la vida humana y nos permiten adaptarnos y sobrevivir. Sin embargo, cuando las emociones intensas no se regulan de manera adecuada, pueden tener un impacto perjudicial en nuestra salud, especialmente en la salud cardiovascular. La ira, el estrés y la ansiedad son emociones comunes que, si se experimentan de forma recurrente y no se manejan correctamente, pueden aumentar significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas.

Es fundamental aprender a identificar y expresar nuestras emociones de manera saludable, reconociendo su valor y al mismo tiempo protegiendo nuestro corazón. La regulación emocional no solo mejora nuestro bienestar mental, sino que también es un paso crucial para mantener una buena salud cardiovascular y prevenir enfermedades en el futuro. En última instancia, se trata de encontrar un equilibrio que nos permita vivir de manera plena y saludable, tanto emocional como físicamente; estamos aquí para ayudarte.

Referencias

American Psychological Association (2010) Salud Mental/ Corporal: La Enfermedad del Corazón.

Asociación Americana del Corazón (2024) El Papel del Enojo en el Riesgo para un Ataque al Corazón Podría Comenzar en las Arterias.

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¡No temas pedir ayuda!, Líneas Salvavidas en Salud Mental

¡No temas pedir ayuda!, Líneas Salvavidas en Salud Mental

Ninguna persona está exenta de vivir una situación donde se sienta vulnerada, decaída, aislada, desbordada o sin salida. Una situación donde sea necesario acudir a recursos externos para pedir ayuda y salir adelante. Sin embargo, el proceso para pedir ayuda no es tan claro para muchas personas, acá te mostramos cuáles son las líneas salvavidas desde salud mental.

¿Porque buscar ayuda en Salud Mental?

Imagina una mujer que sale corriendo de su casa escapando, despeinada, con un golpe en la cara, su camisa rasgada y un solo zapato, se nota preocupada, corre sin identificar a nadie a su alrededor solo tratando de huir lo más rápido que pueda, dos minutos después del mismo recinto sale tras ella un hombre, camina rápido pero no corre para no alarmar a los demás, entre los dientes dice “detente o ya verás”, él sangra en la cabeza, ella empieza a reducir su paso porque cojea, de un momento para otro se detiene e ingresa a la miscelánea más conocida del barrio donde encuentra a una de sus amigas quien alarmada y con mirada indignada, porque no es la primera vez que la ve así, le dice “¡¿esta vez sí pediremos ayuda?!” .

En una oficina están todos trabajando cuando de repente se escucha un grito, uno de esos gritos escalofriantes que dejan a todos paralizados. Inmediatamente después se escucha a un compañero hablar por teléfono, es un padre que acaba de recibir el reporte de que su hijo desea quitarse la vida, él no sabe qué hacer. Su compañera le dice que puede llamar a la línea 106 para recibir el apoyo en salud mental que requiere.

¡No temas pedir ayuda!, Líneas Salvavidas en Salud Mental
¡No temas pedir ayuda!, Líneas Salvavidas en Salud Mental

Pedir ayuda está catalogada como una habilidad social avanzada según la categorización de Goldstein, ya que requiere que se tenga un nivel de conciencia sobre la problemática vivida y con ella el reconocimiento de la falta de capacidad de respuesta ante la misma. Cuando alguien es víctima de violencia o se encuentra en un momento de crisis, hacer este razonamiento, aunque parezca obvio, no es nada sencillo; por eso, pedir ayuda puede salvar vidas.

Reconocer que una situación se ha convertido en problemática requiere además de identificar la falta de capacidad de gestión, tomar la decisión de querer ser ayudado. En este este punto la dificultad aparece, porque a veces a tomar la ya difícil decisión de pedir ayuda, se suma la barrera de no saber dónde hacerlo.

 ¿Dónde buscar ayuda en Salud Mental?

Si bien las causas que pueden alterar la salud mental son muchas y el método más efectivo para abordarlas es la psicoterapia, hay momentos de crisis repentina o riesgo inminente, donde se requiere pedir y recibir ayuda inmediata.

Para las dos situaciones mencionadas previamente, ser víctima de violencia (física, psicológica, sexual, patrimonial, laboral, escolar, autoinfligida, etc.), el consumo de sustancias, trastornos alimenticios, experimentar ansiedad o depresión, entre otros problemas mentales o en las relaciones interpersonales, han surgido múltiples iniciativas por parte de entidades que responden al llamado de ayuda de la comunidad en general.

Aquí les dejamos algunas líneas que pueden tener presente para pedir ayuda en salud mental en la ciudad de Bogotá:

Otros recursos

En los siguientes enlaces podrás encontrar una gran cantidad de recursos, entidades, servicios sociales, acceso a documentos, cursos y toda clase de apoyos en salud mental en toda Colombia:

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Terapia Centrada en Emociones Emociones Negativas

Importancia de las Emociones “Negativas” en la Terapia Centrada en Emociones

Este artículo tiene como objetivo explorar la importancia fundamental de las llamadas emociones “negativas” en el contexto de la terapia centrada en emociones, destacando cómo su comprensión y aceptación pueden ser cruciales para nuestro bienestar mental y emocional.

En el vasto espectro de la experiencia humana, las emociones negativas desempeñan un papel trascendental. Desde la alegría hasta el miedo, nuestras emociones son los matices que dan color y profundidad a nuestra existencia. Sin embargo, en nuestra sociedad, se tiende a enfatizar las emociones positivas mientras se marginan o incluso se reprimen aquellas que se perciben como negativas.

Reconociendo la Complejidad Emocional

Las emociones son mucho más que simples respuestas biológicas; son las formas en que interpretamos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. La alegría, la tristeza, el miedo, la ira: todas estas emociones tienen sus raíces en nuestra biología y en nuestras experiencias individuales. Sin embargo, en nuestra cultura, algunas de estas emociones se consideran más deseables que otras. La alegría y el amor son celebrados, mientras que la tristeza, el miedo y la ira son a menudo estigmatizados o ignorados.

Desafiando la Estigmatización de las Emociones “Negativas”

Es crucial desafiar esta narrativa binaria de emociones “positivas” versus “negativas”. Todas las emociones, independientemente de cómo las clasifiquemos, tienen un propósito y una función importantes en nuestras vidas. La tristeza, por ejemplo, puede ser un mecanismo de adaptación que nos ayuda a procesar la pérdida o la decepción. Del mismo modo, el miedo puede ser una señal de advertencia que nos protege del peligro. Al reprimir o ignorar estas emociones, no solo negamos una parte integral de nuestra experiencia humana, sino que también corremos el riesgo de perpetuar un ciclo de sufrimiento emocional.

La Terapia Centrada en Emociones como Puente hacia la Autenticidad Emocional

En este contexto, la terapia centrada en emociones emerge como un enfoque transformador que busca honrar y explorar todas las emociones, sin juicio ni censura. A través de esta modalidad terapéutica, los individuos son alentados a adentrarse en el rico paisaje de sus emociones, explorando no solo las que son socialmente aceptadas, sino también aquellas que han sido relegadas al margen. Este proceso de autoexploración y autoaceptación puede ser profundamente liberador, permitiendo a los individuos abrazar su autenticidad emocional y encontrar una mayor paz interior.

Terapia Centrada en Emociones
Emociones Negativas
Terapia Centrada en Emociones Negativas

Descubriendo las Raíces de Nuestras Emociones Negativas

Un aspecto central de la terapia centrada en emociones es la exploración de las raíces de nuestras emociones. A menudo, nuestras respuestas emocionales inmediatas son solo la superficie de una compleja red de experiencias pasadas, creencias arraigadas y patrones de comportamiento aprendidos. Al profundizar en estas raíces, podemos comenzar a comprender mejor nuestras reacciones emocionales y, en última instancia, a liberarnos del poder que tienen sobre nosotros. Este proceso puede ser desafiante y a menudo requiere coraje y vulnerabilidad, pero también puede ser increíblemente empoderador.

Prácticas para la Exploración Emocional Profunda

Existen varias técnicas y herramientas que pueden facilitar este proceso de exploración emocional profunda. Llevar un diario emocional, por ejemplo, puede ayudar a los individuos a rastrear y reflexionar sobre sus estados emocionales a lo largo del tiempo, identificando patrones y desencadenantes significativos. Del mismo modo, la práctica de la atención plena y la meditación puede ayudar a los individuos a desarrollar una mayor conciencia de sus emociones en el momento presente, permitiéndoles responder de manera más consciente y reflexiva.

Abrazando la Complejidad Emocional

En conclusión, la terapia centrada en emociones nos invita a abrazar la complejidad de nuestra experiencia emocional. Al desafiar las nociones convencionales de “buenas” y “malas” emociones, podemos comenzar a ver todas nuestras emociones como partes igualmente valiosas y significativas de nosotros mismos. Al hacerlo, no solo cultivamos una mayor autoaceptación y compasión hacia nosotros mismos, sino que también abrimos la puerta a relaciones más auténticas y significativas con los demás. En última instancia, al aprender a honrar y aceptar todas nuestras emociones, incluso aquellas que son difíciles o dolorosas, podemos liberarnos del sufrimiento emocional y encontrar una mayor paz y plenitud en nuestras vidas.

Recursos Adicionales

  • Regulación Emocional Aplicada al Campo Clínico (ebook)

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positivismo tóxico

¿El positivismo tóxico existe?

Cuántas veces has escuchado el típico “sé positivo, mírale el lado bueno a las cosas, no te agobies hay personas que están peor que tú”.  A estas verbalizaciones se les puede llamar Positivismo Tóxico y muy seguramente las has escuchado cada vez que tienes un problema o un motivo de frustración.

¿A qué nos referimos con positivismo tóxico?

Básicamente es una corriente de pensamiento que busca la positividad en todas las situaciones de la vida cotidiana, incluyendo las crisis o situaciones que consideramos como un problema. Este pensamiento se ha reforzado culturalmente, sobre todo en nuestro contexto, y ha ocasionado que nos sintamos culpables de sentir tristeza o de sentirnos desmotivados.

Es importante saber que la Positividad no es nociva en sí, lo que es tóxico es tener un pensamiento positivo cuando estamos pasando por emociones que no requieren que sea así. Con esto nos referimos a que cada emoción tiene su función. Algunas de ellas como la tristeza y sus emociones derivadas, nos hacen sentir desmotivados, bajos de ánimo y con desesperanza hacia el futuro. Pero ¿sentirme mal me puede ayudar en algo?

Es necesario tener estas emociones porque nos conducen hacia momentos de reflexión, aceptación y búsqueda de soluciones ante las situaciones que nos están generando dichas emociones.

Por el contrario, al ser positivos todo el tiempo lo que hacemos es guardar nuestras emociones y no expresarlas de manera correcta. Esto genera que en algún punto de la vida estas emociones salgan de una manera desregulada y no tan adaptativa para el contexto en el que nos encontremos. Es por eso que podemos llegar a sentirnos irritables sin motivo aparente o sentir dolores extraños que no tienen explicación médica.

Todos estos síntomas pueden atribuirse a las emociones que no expresamos, pues al igual que lo dijo Freud en su momento “las emociones inexpresadas nunca mueren, son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas”.

Positividad toxica
¿Cómo podemos pasar del Positivismo Tóxico a la expresión saludable de emociones?

El primer paso es reconocer nuestras emociones y cómo se manifiestan en nosotros, darle un nombre a lo que sentimos y diferenciarlo de otras emociones.

El segundo paso es identificar por qué sentimos esa emoción, qué de lo que me está pasando es lo que desemboca en esa emoción.

El tercer paso es la validación de mi emoción, es decir, saber que sentir esa emoción está permitido y es saludable, sin cuestionamientos o comparaciones con otras personas, y permitirnos sentir lo que esa emoción requiera que sintamos.

El cuarto paso es regular mi emoción para que al momento de expresarla no empeore las cosas. Es importante resaltar en este punto que la emoción es completamente válida, lo que no es válido es la expresión agresiva de la misma. Es decir, es válido sentir enojo o rabia, pero no es válido golpear a la persona con quien estoy discutiendo, es por esto que es muy importante la regulación.

El quinto paso es expresar mi emoción con otras personas. En algunas ocasiones es necesario comentar a otras personas cómo nos estamos sintiendo, sea que la emoción abarque alguna situación que involucre a una tercera persona o sea porque al hablar nos sentimos mejor.

Finalmente es conveniente asistir a psicoterapia si sientes que tienes problemas con tus emociones. Un terapeuta te ayudará a manejar mejor este proceso de expresión emocional y conocer de mejor manera lo que sientes.

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